De Santantoni: “Quien sana es Dios, yo sólo soy un instrumento suyo”

Texto renovado y actualizado en septiembre de 2010,  por existir en el original de enero de 2009 algunos párrafos que inducían a confusión a los lectores.

«Muchas posesiones por parte de entidades negativas están originadas por envidias y maldiciones o se confunden con depresiones»

Texto y Fotos: B. Salazar

En Santiago de Chile se encuentra  un curador/sanador que realiza un ritual de sanación espiritual a personas aquejadas de ciertas dolencias o que padecen determinados problemas psíquicos, emocionales o espirituales. Este sanador, Josep de Santantoni  (don Josep), trabaja con imposición de manos y oraciones. Hemos querido saber algo más sobre esta peculiar forma de sanación, y por ello le entrevistamos.

-Don Josep, explíquenos qué es eso de la sanación espiritual.

-La curación o sanación espiritual consiste en la cura de determinadas enfermedades o dolencias, tanto físicas como psíquicas, utilizando recursos espirituales. Con este ritual y sobre todo con la ayuda de Dios, en determinadas ocasiones las personas no necesitan usar medicamentos ni ningún otro tratamiento; y otras muchas veces se utiliza como eficaz complemento de las terapias médicas.

-¿Cuál es su método?

-El más antiguo y a la vez, el más sencillo que existe: imposición de manos y oraciones a Dios y a determinado santo de nuestra devoción para que actúe como intercesor.

-Otras técnicas que también usan esta denominación de ‘sanación espiritual’, hablan de guías espirituales, energías, vibraciones… ¿qué tiene la suya de diferente?

-Nada y todo. Me explico. Nada distinto, porque básicamente se trata de lo mismo: todos los sanadores actuamos como canales, permitiendo que a través de nosotros se traslade hacia los pacientes la Energía Divina, o Universal. Da igual que a eso lo llamen reiki (también lo imparto), toque terapéutico, toque sanador (healing touch), técnicas de polaridad… esencialmente todo es lo mismo. Y a la vez, es distinto, porque mi único guía espiritual es Dios. Y uno o dos santos intercesores, claro. No me pregunte de qué santos se trata, no lo haré público. Al poco tiempo de publicar un artículo sobre esta temática en mi blog,  ya había varios imitadores en blogs y webs del otro lado de la cordillera;  por ello comprenderá usted que guarde la reserva en esta cuestión.

-Debe ser un ritual muy bueno si apenas empezar ya se lo estaban copiando…

-‘Empezar’ aquí en América Latina, pues antes de establecerme en Chile en el año 2008 con mi familia, estuve muchos años haciendo lo mismo en España, Portugal y algún otro país europeo, aunque en esa época ni siquiera existía Internet. Copiarlo no es la palabra exacta, porque no pueden; hay oraciones secretas en latín que sólo yo sé y únicamente yo pronuncio al oído de la persona que viene a sanarse; pero imitarlo sí que lo han intentado, varios individuos o entidades que sólo buscan el lucro económico. Y en cuanto a si es bueno o no, no me corresponde a mí decirlo, sino a las personas que acuden a nuestra modesta consulta, que está ubicada en la calle Francisco Javier 270, Estación Central. Fono de contacto: 02-8392939.

-Realmente es modesta, como la define usted. Estamos en ella y veo que tiene sólo un pequeño altar, una mesa, cuatro sillas, unos pocos cuadros y diplomas, un sillón y apenas nada más.

-El sillón es para sentarse la gente mayor o con poca movilidad. Los diplomas, de mis cursos de Parapsicología e Hipnoterapia realizados en España y Gran Bretaña. De mis años como Teólogo, no tengo diploma alguno, pero tampoco lo preciso. En todo caso, al margen del altar, no menciona lo más importante, lo único que realmente necesito aquí: un crucifijo, una medalla y un libro de oraciones, junto con otras ‘cositas’ que tampoco le revelaré…

-¿Es cierto que este ritual de sanación espiritual no tiene tarifa?

-Este punto me gustaría que quedara bien explicado, porque al respecto ha habido cierta confusión en algunas personas. En su modalidad más sencilla, lo que hemos dado en denominar  ‘Bendición’, siempre que la persona acuda al consultorio únicamente para ello, no hay tarifa y sólo aceptamos una donación voluntaria. Pero las personas deben entender que la Bendición sólo dura unos 10 minutos. Mucha gente que venía pidiendo la Bendición se aprovechaba de estar aquí y de nuestra buena voluntad, y estaban una hora e incluso casi dos horas explicándonos sus problemas y abusando de su tiempo hasta convertirlo en una auténtica y larga consejería espiritual, profesional, sentimental o personal; y ello aparte de dejarnos muy agotados, nos quitaba mucho tiempo para atender a otras personas. Por esta razón hemos tenido que establecer unas mínimas normas, de obligado cumplimiento, junto con una tarifa para la consulta, ya que de otra forma era imposible seguir trabajando.

-Cuando tratamos a una persona -prosigue explicándonos don Josep-  con alguna de las terapias que aquí llevamos a cabo:  Sanación Espiritual, Reiki, Hipnosis, Liberación o Exorcismo, o por los rituales de Magia Blanca que realiza mi esposa, por supuesto que se cobra una tarifa, que varía dependiendo de cada trabajo. Por lo único que no cobramos, siempre y cuando tengamos disponibilidad de tiempo, es por el ritual de Bendición, de diez minutos de duración. La gente que venga sólo para recibir la Bendición debe saber que si quieren después contarnos sus problemas o solicitarnos ayuda de otro tipo, deben pagar la tarifa de la consulta.

-Dice usted que utiliza oraciones y la imposición de manos.

-Así es. La oración es siempre un punto fundamental en la curación espiritual, ya que se basa en las enseñanzas de Jesús, por ejemplo cuando dijo: “Pedid y se os dará; buscad, y encontraréis; golpead, y se os abrirá” (Mt 7, 7). En cuanto a la imposición de manos, es uno de los métodos de curación y sanación más antiguos, conocidos y populares. En mi blog tengo varios artículos publicados al respecto, explicando y clarificando estos temas. Aunque, y lo repito una vez más, debe quedar claro que no soy yo quien sana; el que sana y cura es Dios a través mío, yo  sólo soy, gracias a Su intercesión, un canalizador de la energía divina.

-¿No tiene usted miedo de lo que la profesión médica pueda pensar u opinar?

-Ya me preguntaron esto en España, donde vivía antes (don Josep está casado con una chilena, tiene un hijo chileno y residencia legal en el país). ¿Por qué voy a tener miedo? Mi postura ha sido, es y será siempre muy clara: el enfermo o el paciente, antes de acudir a nosotros, deben primero buscar tratamiento médico para su mal o dolencia. No hay ninguna incompatibilidad entre la Medicina y el uso de medios espirituales, pues en el fondo ambas cosas buscan lo mismo: el bienestar , la curación y la salud del enfermo. Dios puede sanarnos tanto a través de la oración como de la medicina convencional. Y por cierto, aquí en Chile ya he sanado a más de un miembro de la profesión médica.

-¿Se parece su sanación a la que llevan a cabo los evangélicos?

-No. No tiene nada que ver con la que realicen o puedan realizar grupos católicos carismáticos, grupos o comunidades evangélicas, o con cualquier otro ritual similar que lleve a cabo cualquier grupo o entidad esotérica o religiosa, secta o grupúsculo o cualquier individuo que se anuncie o promocione en el mismo o parecido sentido.

-En este tipo de curaciones a veces se habla de exorcismos. ¿Usted los hace?

-Digamos que lo que hago más habitualmente es liberar a personas de las entidades maléficas o negativas que las influencian, obsesionan o incluso poseen, y Dios me da siempre la fuerza necesaria para esta misión y esta enorme responsabilidad.  Como ha dicho el mismo padre Amorth, el exorcista del Vaticano, la oración de exorcismo se resume básicamente en una frase: «En nombre de Dios, vete Satanás». Porque se basa en este poder que Jesucristo dio a lo apóstoles, después a los 72 discípulos, y finalmente a todos los que creen en él:  “En mi nombre expulsarán a los demonios.”  Dios me ha dado un don, creo firmemente en Jesucristo, y actúo en su nombre.

-¿Se las ha visto con el demonio alguna vez?

-Con uno de los ‘grandes’ no, y Dios me libre de tener que hacerlo. Pero con ‘demoniejos’ de baja categoría, con seres muy negativos, entidades «muy malas», eso sí.

-¿Y ha logrado expulsarlos?

-Siempre. Unos tardan más en irse, otros menos. Unos se van de manera voluntaria a la primera, otros después de dos o tres sesiones, cuando se les ayuda a ver la Luz, y a otros más rebeldes hay que sacarlos a la fuerza.

-¿ Y por qué hay tantos casos de posesiones?

-La causa más frecuente por la cual una persona se ve atacada por un demonio o espíritu perverso, es porque ha sido víctima de un maleficio. Se trata de un individuo, hombre o mujer que, por odio o por interés o venganza u otro motivo, ha encargado a un satanista, a un mago o a una bruja, que le haga un maleficio a alguien. Maleficio viene del latín «male facere», hacer daño. Es hacer mal a una persona por medio de una entidad negativa o maléfica, no hace falta que sea un diablo, ni mucho menos. El mal infringido a la persona puede hacerse de muchos modos diversos. La forma más común es el hechizo. El maleficio puede hacerse con un hechizo, con el mal de ojo, con una maldición, con un rito brujo, con una macumba, con un rito satánico… de muchas maneras.

-Usted también dice que muchas depresiones ocultan una posesión.

-Trataré de resumirlo al máximo, pues es largo de explicar. Cuando una persona muere, su alma debe ascender. Pero sucede que unos se marchan en paz y otros no. Hay espíritus que se quedan para seguir disfrutando de los placeres terrenales, o por estar llenos de maldad, odio, resentimiento, o por no ser conscientes de que han desencarnado, de que se han muerto. En todos estos casos, dichos espíritus necesitan poseer a alguien vivo para seguir existiendo en nuestro mundo. Y es entonces cuando causan y originan casos de depresión y pensamientos y situaciones negativas en muchas personas, incluso he visto tentativas de suicidio por esa causa. No hay que olvidar nunca que los bajos astrales, los espíritus negros, los mismos demonios a veces, son los reyes de la mentira y del engaño, y hacen pasar lo que es una obsesión o una posesión por una enfermedad mental o por estados anímicos negativos. Por ello es muy importante saber discernir en cada caso, saberlos descubrir, para así poder sacarlos y liberar a la persona afectada.

Para contactar directamente con don Josep, escribir al whatsapp: +569 9669 5835